
LAB DIAMANTE
Innovación humana
Un diamante de laboratorio (también conocido como diamante de laboratorio o diamante sintético) es un diamante que no se crea en la naturaleza, sino que es cultivado en un laboratorio por el ser humano.

¿Qué es un diamante cultivado en laboratorio?
Un diamante cultivado en laboratorio es una piedra que se forma en condiciones controladas en un laboratorio, pero que es química, óptica y físicamente idéntica a un diamante natural. La diferencia radica en su origen, no en su estructura.

¿Cuándo elegir el cultivo en laboratorio?
Para los clientes que buscan una alternativa económica, un diamante cultivado en laboratorio puede ser una opción valiosa. La piedra ofrece el mismo brillo pero es más asequible, especialmente cuando se trata de diamantes de mayor tamaño.

Nuestra visión
Creemos que cada pieza de joyería debe ser una elección consciente. Por eso ofrecemos diamantes cultivados en laboratorio exclusivamente bajo pedido. La elección entre natural o cultivado en laboratorio sigue siendo personal: estaremos encantados de orientarle en ambas.
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Origen y ética
El origen de los diamantes LAB, al igual que el de los diamantes naturales, es difícil de rastrear.
Se producen sobre todo en China, pero también hay fábricas, como en Estados Unidos, que funcionan totalmente con energía verde.

Una visión matizada de los diamantes cultivados en laboratorio
No hay minería: Los diamantes cultivados en laboratorio evitan la extracción física de la tierra. Esto significa que no hay alteraciones a gran escala de los ecosistemas, desplazamiento del suelo o destrucción del paisaje.
Lo que a menudo se olvida...

El consumo de energía es extremadamente alto
Producir un solo diamante en un laboratorio requiere grandes cantidades de electricidad. Esto es especialmente cierto en el proceso HPHT (alta presión, alta temperatura), que simula un calor y una presión extremos (más de 1500 °C y 5 GPa).
Muchas fábricas están situadas en países como China e India, donde la electricidad se genera en gran parte en centrales eléctricas de carbón. Como resultado, las emisiones de CO₂ y la huella ecológica por quilate de un diamante cultivado en laboratorio pueden ser a veces iguales o incluso superiores a las de un diamante natural extraído de forma responsable.
Las máquinas no están "limpias
Construir una fábrica de laboratorio requiere equipos de alta tecnología, a menudo fabricados con metales raros (como el tungsteno, el titanio o el molibdeno).
Sin embargo, estas materias primas se extraen, a menudo, en malas condiciones sociales o medioambientales.
El equipo tiene una vida útil relativamente corta y requiere un mantenimiento y una sustitución regulares.


Transparencia en la producción
En teoría, es más fácil rastrear el proceso de producción de un diamante LAB que en la minería natural, que es compleja e internacional.
Sin embargo, con la mayoría de los diamantes LAB también se desconoce el origen y las condiciones éticas de las fábricas.
Producción en masa ≠ sostenibilidad
A diferencia de los diamantes naturales, cuya oferta es finita, los diamantes cultivados en laboratorio pueden producirse en grandes volúmenes.
El valor de mercado de los diamantes LAB está cayendo rápidamente, lo que aumenta el riesgo de sobreproducción y despilfarro, algo que va en contra del consumo sostenible.
